El vino: elixir contemporáneo

Vivimos en constante renovación, las nuevas tecnologías se aplican prácticamente a todos los sectores, sin embargo, no deja de sorprenderme las novedades dentro del mundo vinícola ya no tanto en los procesos de cultivo y recolección sino en los diseños de la botella, imagen, etc... 

Hace unos días asistí invitada a una cata de vinos. Puedo decir que no soy aficionada a tomarlo y tampoco soy una entendida en el tema, pero fue un vino muy fácil de catar y aprendí aparte de disfrutarlo mucho. La cata, de las Bodegas Matsu, nos presentaba su trilogía: el pícaro, el recio y el viejo, con una puesta en escena preciosa. 


En pícaro es un grupaje de tres tipos de uva: vino de toro en viña de 80-100 años, vino que da mucha nariz, de fruta roja, muy fuerte en boca, pero suave de tragar. Lleva 3 meses de barrica francesa para la uva bravía. Se recomienda tomar entre 14-15º. En definitiva, es un vino joven (como su propio nombre indica) y muy recomendable para aperitivos, con sabor intenso pero no persistente, de modo que no se hace nada pesado. El nombre que adquirieron, Matsu, viene a raíz de un importador japonés que los "bautizó". Matsu significa espera en japonés, de ahí que todo lo bueno se haga esperar. Estos son vinos con producciones muy pequeñas, sale justo cuando lo necesita el mercado, de ahí la palabra "Matsu". Creo que tienen muy bien integrados los principios que la bodega quiere transmitir en sus vinos, desde el tipo de uva, hasta el nombre de los vinos pasando por su etiquetado.

Pero no es la única bodega que ofrece una imagen actual, ya hablé hace meses de las Bodegas Habla y su maravilloso caldo. Y os presento otras alternativas que si quizás no ofrecen vinos con muchos años, ponen todo su buen hacer y la mejor calidad en ellos.

Muchos de vosotros conoceréis ya la historia del vino Rioja "Gran cerdo", Gonzalo Gonzalo, eneólogo, tenía su vino preparado para embotellar y etiquetar cuando las entidades bancarias le denegaron los 6.000 euros que habían solicitado para tal efecto. Por ello, tras reunir el dinero con ayuda de sus amigos, decidió cambiar el nombre de Le Punk por el de Gran cerdo, dedicado a los directores de banco que le negaron el préstamo. 

Actualmente, The wine love, sigue apostando por la novedad, con vinos como Lazarus Wine, un vino en braille que ha sido elaborado por un enólogo invidente y su equipo. Los invidentes desarrollan una mayor capacidad olfativa y gustativa de modo que, siguiendo cierta instrucción, pueden llegar a detectar desviaciones futuras en los vinos de manera más precisa que la tecnología actual.  

Y otra bodega original a conocer es Lamarca Wines, que tiene caldos con nombres como : Teta de vaca, Cojón de Gato o María de la O.

¡Ya se puede llevar vino a una fiesta informal sin que se vea como algo serio!

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