
Esta frase la pensó Eriomar Nogueira, un brasileño acusado de varios robos y hurtos y condenado por ello a diez años de prisión. Eriomar se fugó de la cárcel tras dos años de condena y, después de pasar muchas calamidades y cansado de la comida de su madre (dicho por él mismo), recorrió andando y en autostop, sin dinero, los 2.000 km que distaban desde el lugar donde residía su madre hasta la prisión de la que escapó para entregarse de nuevo.
Se dió el caso que Eriomar se había intentado entregar en otras comisarías de policía más cercanas, pero se negaban a arrestarle porque no pesaba ninguna orden de búsqueda y captura a nivel nacional contra él.
Tras esta historia, imagino que Eriomar cumplirá con gusto los ocho años de condena que aún tiene pendientes.
Comentarios
¡¡O APRENDER A COCINAR SO GILI!!
jajajaja
Juanan: pues sí, querido Juanan, hubiera dicho exactamente lo mismo que tú (pero sin el gili) jajaja
Rosa: jajaja, me alegro, a ver si lo venden para la psp y es mi regalo de bodas para vosotros! ^^
Cutrebryny: sí, hijo, sí, toda la razón.
Besos a todos y gracias por vuestras 'vitaminas'