El amor no tiene edad

Esta mañana me ha venido a la mente una historia que me contó hace unos días una chica. Trabaja en el salón de belleza al que voy normalmente y aprovechamos nuestra complicidad para contarnos confidencias sin sentirnos esclavas del secreto. Tiene una tía de 76 años a la que a los 2 años de edad sufrió un percance que le provocó problemas en su crecimiento de columna. El caso es que esta señora se ha pasado toda su vida soltera, sin salir de casa. En cuanto salieron los microcoches se sacó el carnet de motocicleta y se pasaba todo el día paseando en el coche. Comenzó a asistir al hogar del pensionista y a los 72 años se enamoró de un señor que solía también visitarlo para jugar. Se casaron. Llevaba su vestido blanco y fue una celebración muy romántica. Y es la mujer más feliz del mundo.