Volando

Adoro los aeropuertos. Y los aviones. Me encanta el ambiente que se respira: multitudes con historias románticas, bonitas, alegres, tristes, dramáticas, estresantes. Mucha vida, en definitiva. Si os fijáis, las estaciones de tren son mucho más feas y tristes, oscuras, la gente va como apagada. Cuando tengo que esperar por alguna escala, apenas necesito algo para distraerme: sólo sentada, observo a la gente y juego a imaginar el motivo de su viaje: ejecutivo, con traje y maletín (de negocios), madre con hijos y muchas maletas (reencuentro familiar), grupo de amigos (viaje cultural/de placer), parejas que se reencuentran, que se despiden... infinidad de combinaciones, pero todas fascinantes.

Imaginemos:

Una base aeroportuaria con una extensión de 986.000 metros cuadrados, equivalente a 170 estadios de fútbol, que pueda albergar a los aviones más grandes.
Que sea de cristal y acero, con techo curvilíneo de claraboyas triangulares para aprovechar la luz al máximo y conservar el calor. 
Que tenga dentro réplicas de jardines del palacio de verano pekinés, más de 64 restaurantes de todo tipo y supere las 90 tiendas.

Que el equipaje se maneje a través de una tecnología que gestiona 19.800 maletas en una hora.

Que se acceda al centro de la ciudad en 15 minutos mediante trenes de alta velocidad.
¡Pues ya lo tenemos! Pekín inauguró el pasado 29 de Febrero su nueva terminal 3 con las características que acabo de citar. Ha costado la friolera de 3.650 millones de dólares, el resultado de esta obra de diseño e ingeniería corre por cuenta del prestigioso arquitecto Norman Foster, han tardado menos de cuatro años en construirlo (comenzaron en agosto 2004) para lo que han hecho falta 50.000 trabajadores.
El diseño de la terminal se asemeja a un dragón chino, con columnas rojas y dorado como tono en la decoración combina la última tecnología con las señas de identidad del estado asiático. Y es que se acercan las Olimpiadas de Pekín y los ciudadanos orientales están aunando todos sus esfuerzos para que el país no solo esté a la altura sino que dé la mejor impresión que pueda imaginarse. Lo lamentable de todo esto son la infinidad de desahucios y expropiaciones forzosas de ciudadanos que afean Pekín (tan solo para el aeropuerto se expropiaron terrenos a unos 10.000 pekineses)

Comentarios

ROSA ha dicho que…
No hay quien entienda a los orientales... con el conocimiento milenario que tienen... y viven en la más absoluta represión...
Unknown ha dicho que…
¿Mejor de tu fiebre? Seguro que sí. Pues la verdad que tiene que ser espectacular, un motivo más para pasarse por allí. Cuídate!
Reina Letizia ha dicho que…
El progreso tiene un precio, a veces demasiado alto. Yo preferíría vivir en un pueblo como lo hacían mis antepasados y no contaminarme con la polución de las grandes ciudades.

Besos de Princesa
Mara ha dicho que…
Jo, me pregunto si algún día volaré hasta pekín... ¿Qué tal tus anginas bonita?