La nota discordante


Lunes con temas varios por resolver. Ya temprano se notaba el día nublado y unas incipientes gotas de lluvia. Nada que objetar: botas altas, gabardina y...paraguas.
-No sé para qué lo llevo... - he pensado. Salir del coche y volver a entrar mientras llueve convierte al paraguas en un complemento absurdo (para la gente de a pie, claro está: teniendo a un asistente que te lo lleve, no hay problema) 
LLego al coche desde los despachos, bolso en mano, carpeta y paraguas: sacar las llaves del coche del bolso sin soltar la carpeta ni el bolso de mano se convierte en una acción propia de malabaristas si debo además mantener el paraguas lo suficientemente derecho como para no ponerme los pelos de pena. A mí me resulta prácticamente imposible. Una vez abierto el coche, mete todas las cosas dentro (paraguas en mano) y disponte a entrar, momento en el que procedemos a cerrar el paraguas. Ley de Murphy: siempre se tarda lo suficiente en cerrar el paraguas y entrar en el coche como para que la lluvia se acentúe muchísimo más y te pongas hecha una sopa. 
Me preocupo más de mantener una imagen impecable por  razones laborales, si por mí fuera, no sacaba ni el paraguas... Mis dos actitudes las dejaré para otro post...

Comentarios

Miguelo ha dicho que…
hay murphy!!! yo escribi un post q mas o menos hablaba de esto. y resumiendolo venia a decir que yo era un juguete de alguien de ahi arriba.

por lo del paraguas..., por q si cojo gafas de sol se nubla etc...


besosss