De compras por Marruecos II


Entramos en la 1º tienda: no son tiendas ordenadas, es una tienda de vaqueros, chico y chica, y camisetas, sudaderas, deportivas....de todo. Allí se venden las imitaciones de camisetas y sudaderas de Mala Mujer y Guru, Dolce& Gabbana, Armani, pantalones Diesel, D&G, Levi´s... una barbaridad. Y me veo rodeada de pijas que conozco de vista de la península, histéricas comprando camisetas, sudaderas a mansalva, llenando sus trollies como posesas...yo iba con amistades y me limitaba a digerir la escena. También debo reconocer que prefiero comprarme una prenda o bolso con menos asiduidad pero que sea 'auténtico' si quiero la marca y si no, Zara, Massimo Dutti and Co., siempre me llenan de satisfacción, antes que imitaciones. Será porque no me compro algo de marca para lucirla como un premio sino porque me gusta y me da igual que se vea la marca, que sepan distinguir si es o no de diseño, etc...


Después, tras la tienda de zapatillas Van's , Converse y Puma  entramos en el zoco: millones (y no exagero) de callejuelas que se entrecruzaban, con el ancho de una persona y media, lo que dificultaba mucho más el tránsito de gente (mayoría españoles). 

'Mira, ahí es el puesto de las pinturas', me dicen. Y me da por acercarme para ver las cuatro barras de labios de L'oreal que quedan prácticamente ya que, para mi estupor, un grupito que venía en el autobús está liquidando literalmente el puesto.



Vi imitaciones de todo: plumas estilográficas Montblanc, relojes Rolex (entre ellos el Daytona, para el que hay lista de espera) y no quiero ni decir lo que se me vino a la cabeza en cuanto reaccioné ante los puestos en los que colgaban, LV, CH y Tous como si fueran morcones. De los que más había eran bolsos y monederos, y agendas y maletas de viaje Tous; tanto plagio debe hacerles mella a los originales, no me cabe duda. Cuando digo imitaciones... en realidad, conociendo bien los productos, se podría distinguir con cierta facilidad algún que otro fallo; pero de los más perfectos: los Daytona, muy conseguidos. Después de tanta vuelta, tanto empujón y tanto estrés (parecía la cola de entrada al concierto de Springsteen) yo sólo compré lo tradicional: me fui a un puesto de especies morunas, compré dátiles de los buenos y unos pastelitos típicos y ya.


En el bus, ya de vuelta, escuchaba perpleja cómo una chica hablando con su novio por el móvil, le comentaba los 565 € (!!!) que había desembolsado; y también descubrí que las que asaltaron el puesto de maquillajes L'oreal y Bourjois, se habían dejado otros 370 € en potingues. Todo esto, al parecer, está más que controlado: son clientas habituales para después vender la mercancía en mercadillos españoles, llegándole a ganar hasta 3 veces lo que pagan por ellos. (debo decir que las barras de labios costaban 2 € al cambio, por ejemplo). Si es así, me entra cierta tranquilidad, aunque las pijas consagradas que yo vi allí, iban para el consumo propio.


Sólo me pregunto si llegaron a desembolsar grandes cantidades de dinero porque, sinceramente,no me compensa traerme 15 bolsos de imitación Carolina Herrera frente a un original (que hay diferencia) que los envuelven y preparan como auténticas joyas que son.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
en que parte fue eso?